miércoles, 10 de diciembre de 2014

Tipos de personalidad en el ámbito laboral

Workaholic: Son los primeros en llegar y los últimos en irse. De hecho, pareciera que viven en la oficina porque nunca se les ve salir. Generalmente son poco sociables y generalmente se encuentran bajo altos niveles de estrés sin embargo, son trabajadores altamente productivos.
Perfeccionista: Su misión laboral es lograr que cada engrane de la maquinaria laboral encaje perfectamente así que en cada proyecto verificará cada detalle. En su intento por controlar absolutamente todo, muchas veces pierden de vista los tiempos y las prioridades pues invierten demasiada atención en asuntos menores. Son malos líderes y su obsesión de control los vuelve poco empáticos.
Pragmático: Su pensamiento lógico intenta reducir todo el trabajo a conceptos simples y operativos para una mayoría. El problema de este perfil es que su afán por hacer todo más sencillo, suelen omitir datos importantes o ignorar la labor de algunos compañeros o incluso, evadir su carga de trabajo.
Desafiante: Por lo general son empleados de gran potencial y ellos mismos lo saben. Su trabajo es increíblemente efectivo pero su arrogancia los hace difíciles para socializar. Se inclinan a resolver grandes retos e incluso, toman proyectos que nadie más desea aceptar para demostrar su capacidad y obtener mayor reconocimiento. Les gusta ser líderes de proyectos y se desempeñan bien en ese papel.
Manipulador: Es un tipo de empleado muy particular pues intenta que todo su entorno gire para su beneficio. Generalmente es muy empático y es capaz de generar relaciones de confianza con sus colegas que posteriormente usará para reducir su carga de trabajo. Son muy hábiles en el arte de la persuasión pero poco confiables con información que requiere discreción.
Defensivo: Pueden estresarse ante cualquier detalle y presentan gran resistencia a los cambios. Son empleados lineales que prefieren trabajar en actividades o procesos cíclicos y rutinarios. Excelentes en el desempeño de funciones operativas y administrativas.
Invisible: Es de personalidad exageradamente discreta. Pocos en la oficina saben de su existencia y de las funciones que desempeña. Por lo general son trabajadores constantes, puntuales y confiables. El liderazgo no es una característica que posean.
Impuntual: Vive bajo un pensamiento en que el tiempo no tiene la menor importancia y es difícil lograr que se ajuste a las normas más básicas. Su desinterés por la puntualidad puede llevarlo a inventar miles de excusas que poco a poco irán saliendo de la realidad. Lo mejor es confiarles tareas que no impliquen plazos de tiempo forzosos.
Irresponsable: Es un empleado sumamente conflictivo que sólo funciona a base de estímulos. El problema es se acostumbra rápidamente a los incentivos y pronto nada le parece suficiente. No toma con seriedad sus tareas y su comportamiento puede obstaculizar las de sus compañeros.
Abusivo: Para este empleado cada material de la oficina es parte de su sueldo y cada segundo es valioso para poder evadir sus tareas. Trabaja con la filosofía de que le hace un favor a la empresa y se siente indispensable para la organización. Son personas analíticas porque saben encontrar cada una de las fallas de una compañía para poder valerse de ellas.

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